Se comienza en el Coliseo, el enorme anfiteatro de Roma, intentando llegar temprano para evitar las colas. Luego, se va al Palatino para curiosear entre las ruinas y admirar las vistas, y después se visita el Foro Romano, una evocadora zona con ruinas de templos, columnas y basílicas.
Después de comer, se sube a Piazza del Campidoglio y los Museos Capitolinos, donde se encontrarán sensacionales esculturas antiguas. Después, se disfruta del panorama desde el Vittoriano antes de continuar hacia el centro storico para explorar las laberínticas calles medievales y lugares tan importantes como el Panteón y Piazza Navona.
Después de cenar, se goza de la dolce vita en los bares. Según las preferencias, uno puede codearse con gente guapa en el chic Etablì cerca de Piazza Navona, charlar tomando café en el Caffè Sant’Eustachio o saborear unos cócteles en el Gin Corner.